Entre las nubes, rodeado de naturaleza y clima templado, surge el “lugar donde la mujer gobierna”, este municipio serrano de 20 mil habitantes aún conserva el idioma totonaco entre sus habitantes. Las plantas de cafeto son visibles en todo momento, las fincas, rancherías y traspatio de las casas donde se produce el aromático son testigos de la gran tradición cafetalera del lugar. El manantial de San Manuelito, santo patrono del lugar, es un sitio digno de visitar debido a su gran carga religiosa y cultural, ya que se tiene la creencia que el agua que emana de este tiene propiedades curativas. En la fiesta patronal que dura una semana se celebra el Corpus Cristi a finales de mayo o principios de junio, las danzas que se llegan a ofrendar con su música y baile son Los Negritos, Santiagueros, Tejoneros y Quetzales, se realiza una tradicional huapangueada y la coronación de la Reina. Visitar la reserva ecológica de Kolijkte es una experiencia completa de relación directa con la naturaleza. Ubicado a 15 minutos de la cabecera municipal, este santuario de bosque mesófilo de montaña promueve la sensibilización y educación ambiental desde hace 13 años, al visitarlo se apoya a los proyectos de trabajo comunitario que ahí se realizan, cuenta con cabañas y senderos interpretativos.