Las chalupas son pequeñas tortillas de maíz fritas en abundante manteca de cerdo. Se bañan con salsa verde o roja y se acompañan con cebolla, carne deshebrada de res, puerco o pollo.
Fueron nombradas como los barcos o canoas que los aztecas usaban para navegar en los canales de la capital de la antigua Tenochtitlan, ahora Ciudad de México.
Este platillo es muy representativo de la Ciudad de Puebla, conocido a nivel nacional y con una fuerte representación histórica.
Originalmente consistía principalmente en una salsa de una gran variedad de ingredientes vertida sobre piezas de guajolote, nombre que se le da en México al pavo doméstico, aunque actualmente es común su uso con pollo u otras carnes.
La historia del mole se remonta a la época prehispánica. Se narra que los aztecas preparaban para los grandes señores un platillo complejo llamado "molli", que significa salsa.
El mole poblano se prepara con varios ingredientes, chocolate amargo, chiles ancho, chiles mulato, chiles pasilla, chipotle, almendras, plátano, nueces, pasas, ajonjolí, clavo, canela, perejil, pimienta, cebolla, ajo y tortillas, se sirve con pollo. Las proporciones correctas, propiamente no existen, y algunos ingredientes pueden omitirse o variar en proporción. Es indispensable que un día antes de preparar el mole se debe tostar y quitar las semillas a los chiles, para después remojarlos en agua con sal durante la noche.
El Proyecto de Catálogo de Artesanos pretende mostrar la diversidad y la riqueza cultural que
integra el amplio abanico de artesanías que existe en el Estado de Puebla a través de un
documento digital interactivo que contiene los productos y el contacto de los productores.
Para la Secretaría de Turismo es fundamental visibilizar los rostros de mujeres y hombres
que participan de estas prácticas tradicionales, así como sus procesos de elaboración, pues
reflejan la identidad y las costumbres de las distintas culturas que conviven en nuestro territorio.
Es imperante, además, promover la digitalización de las comunidades indígenas para la promoción
y comercialización de sus productos artesanales, así como el desarrollo sustentable del turismo
que se desarrolla en sus territorios.
De tal manera, tanto los catálogos individuales como los grupales muestran los productos, los procesos, los lugares y, sobre todo, a las personas que transforman con amor e imaginación las materias que les confiere su entorno. El proyecto es una invitación para ejercer el comercio justo y solidario, además de una ventana para conocer y visitar los pueblos y comunidades que hacen de Puebla el patrimonio de México.