En la época prehispánica, la población popoloca habitaba en cuevas, por lo que durante la evangelización, los colonizadores españoles convirtieron una de ellas en un templo, que se estima, tiene más de 200 años de antigüedad.
En este jardín de más de 50 hectáreas de extensión, se exhiben más de 50 especies de cactáceas y suculentas, la mayoría, especies endémicas de la región, algunas de más de 200 años de antigüedad y superiores a los 10 metros de altura, y forma parte de la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuscatlán. Recibe su nombre en honor a Helia Bravo Hollis, la primera bióloga de México, graduada en el año 1927.
Un área natural con una caída de agua cristalina de aproximadamente 5 metros de altura, en la que además pueden encontrarse incrustaciones de fósiles, fauna y flora. A poca distancia, puedes practicar divertidas actividades como escalada de roca, rappel, cañonismo, fútbol y senderismo.
Anímate a probar el cuchamá al ajillo, una botana basada en la larva de una mariposa de la región y que principalmente se encuentra en los meses de agosto y septiembre.
Anímate a probar el cuchamá al ajillo, una botana basada en la larva de una mariposa de la región y que principalmente se encuentra en los meses de agosto y septiembre.
En Zapotitlán Salinas se mantiene la técnica ancestral del bruñido de barro, que los propios artesanos recolectan con palas y mano y preparan manualmente, hasta convertirlos en una variedad de artículos.
En Zapotitlán Salinas se mantiene la técnica ancestral del bruñido de barro, que los propios artesanos recolectan con palas y mano y preparan manualmente, hasta convertirlos en una variedad de artículos.