Soy una artesana originaria de San Andrés Tzicuilan. Mi abuela me enseñó a tejer en el telar cuando era niña, ella fue de las primeras en comercializar la artesanía en Cuetzalan. A partir de que quedó viuda empezó a vender huipiles y bufandas a la gente, empezó primero ofreciendo a la gente sus productos.
A partir de la enseñanza de mi abuela continuamos su tradición y su legado, pero también nos hemos permitido innovar a partir de los productos tradicionales. Trato de ser original, pienso e imagino cómo hacer diseños, hago la prueba y los aplico.
Me parece que para mantener la tradición es necesario adaptar nuestras técnicas a la época actual, sin perder la esencia de nuestra identidad, por eso necesitamos comercializar nuestros productos, para poder mantener y compartir los saberes que guardamos.