Soy un artesano que heredó el saber de su padre y lo combinó con la creatividad. Él tuvo también el oficio desde niño y me fue enseñando poco a poco, fui aprendiz y base hasta llegar a maestro; pueden ver que es un oficio familiar que se ha ido transfiriendo de generación en generación. Empecé primero aprovechando la pedacería de la carpintería y al ver que se vendían los hice en serie.
La carpintería aplicada a los juguetes populares me permite utilizar la imaginación para disfrute de los demás, de esta manera puedo aportar a la tradición de la juguetería mexicana.
Los juguetes son fundamentales para el desarrollo de los niños, creo que con mi trabajo contribuyo al rescate de nuestra cultura al mismo tiempo que fomento la creatividad. Es un oficio que me gusta en todos los sentidos.