El mole de caderas es uno de los tesoros gastronómicos más emblemáticos de Puebla. Se prepara con carne de chivo, específicamente de las caderas y el espinazo, que provienen de animales criados en las sierras de Tehuacán y Huajuapan. Durante meses, los chivos se alimentan de pastos salinos y plantas silvestres, lo que da a su carne un sabor muy particular, fuerte y ligeramente salado.
El resultado es un guiso de sabor profundo, picante y lleno de carácter, que refleja la identidad de toda una región.

Sabores que cuentan historias
El mole de caderas no lleva chocolate como otros moles poblanos. Su sabor viene del chile costeño, chile guajillo y chile pasilla, además de jitomate, ajo, cebolla, guaje y sal. La carne de chivo se cocina lentamente en este mole espeso, hasta que queda suave y jugosa, bañada en un caldo rojo y fragante que invita a mojar el pan o las tortillas.

Este platillo solo se prepara una vez al año, entre octubre y noviembre. Durante estas fechas, Tehuacán se llena de festivales, música, danzas y degustaciones que atraen a turistas de todo México y del extranjero. Es el momento ideal para visitar la región, conocer sus paisajes semidesérticos y disfrutar de esta joya culinaria.

Siente el latido de México
Si visitas Tehuacán en temporada de mole de caderas:

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